Los periquitos presos | Podcast

Ilustración de Pequeños loros posados sobre una rama
Obra de arte digital "Periquitos verdes", por Uvaldo Torres.
Periquitos presos, cuento de Ubaldo Torres. Podcast RoperoAventuras.com

Hola amigos hoy inicia una serie de pequeños episodios en los que conoceremos la obra de algunos escritores de valledupar, tanto profesionales como aficionados, especialmente cuentistas y poetas, escucharemos sus piezas literarias y conoceremos de su viva voz aquello que les inspira, motiva y quieren expresar a través de sus versos.

Durante los siguientes episodios nos acompañará el artista plástico Uvaldo Torres «Baldot», un hombre de 53 años, boxeador retirado, muy conocido por sus originales performances, en los cuales traza pinturas de estilo expresionista y abstracto lanzando golpes contra el lienzo con sus guantes untados de pintura, proceso a través del cual va creando las imágenes de sus obras. Su talento le ha permitido exponer en salud Estados Unidos, Europa y oriente medio, siendo hoy por hoy uno de los pintores vallenatos mejor vendidos en colombia y el mundo.

Uvaldo es un talento multifacético, además de sus mencionadas aptitudes es un gran cuentista y un contador de historias muy natural, una persona capaz de improvisar los más ingeniosos y cómicos relatos en las tertulias que tenemos la oportunidad de compartir con los artistas de la Fundación Casa Arte.

Te invitamos a permanecer en sintonía de nuestro podcast, muy pronto Baldot nos acompañará y conoceremos tantos detalles interesantes de su vida, por ahora te presentamos su más reciente cuento «Periquitos presos».

Uvaldo Torres, Baldot.

Los periquitos presos | Podcast RoperoAventuras.com

  1. Los periquitos presos | Podcast
  2. Partería, saber ancestral | Episodio 5
  3. Mis experiencias como pajarero, entrevista en la Radio Nacional de Colombia
  4. La manzana «F» de la discordia | Luis Maestre
  5. Semana Iberoamericana de la Horticultura Terapéutica | Episodio 4

Periquitos presos, cuento

En los árboles de cauchos cantan alegres los pericos verdes. Amanecen cantando en un pueblo de árboles verdes, ellos cantan en lo alto de sus ramas, algunos ocultos se confunden con sus verdes hojas, cantan, cantan sin parar como locos… A lo mejor hablan como pericos.

¡Es hora de desayunar! Vuelan por la avenida que lleva el nombre de aquel libertador, por todo lo alto, por las copas de aquellos árboles que parecen gigantes en la ciudad.

Un poeta, mientras camina, en su mente escribe el poema “los periquitos con su bulla al ver el poeta”. Hay otros pájaros que se fastidian por el trinar de los loros, las palomas comen migas en la acera, migajas que arrojaron los animales que como yo caminamos. Un gato que está en un balcón saca su lengua y saborea. Saborea viendo los pericos verdes que no puede alcanzar y esos mismos pájaros que no vuelan alto por estar atrapando los grillos que anoche cantaron sin parar.

El señor pacopaco sí que se metió en lío, en problema, los pájaros Sirirí bueyeros o picabueyes lo atrapan, salen volando con tal destreza porque el otro pájaro rival le quita una pata del pedazo de las alas del pobre señor pacopaco que va entre los picos de aquellos pájaros que tienen tanto equilibrio al volar, y yo les grito: “¡Eyyyyyy! Cuidado con los carros, pájaros locos!”.   

En un momento es un caos, los carros salen por todos lados, los pájaros que hacen “zig zags zig zags”, pero nunca se estrellan y yo que anoto todo en mi mente para no olvidar, de pronto veo un mango que cae madurito y miro al cielo hacia la copa del árbol de mango, porque ya no estoy  en los árboles de cauchos y siento llover picaduras de mangos que caen por montones, son los loros que devoran como yo el mismo mango y reflexiono en silencio que loro y humanos somos los mismos, porque comemos mangos.

Y de pronto más allá y un poquito más caminando, escucho un grito, un cantar en unas de las azoteas de las casas, un par de loros presos que saltan, ven pasar en bandadas a sus hermanos y los llaman, tal vez le contestan; porque no pueden hacer nada por un par de loros enjaulados, porque los que caminan como yo, los tienen presos porque les da la maldita gana y el poeta con su corazón alegre y triste hace un poema que sale de su alma.

UVALDO TORRES «BALDOT».

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Por Jose Luis Ropero

Guía de aviturismo residente en Valledupar, Colombia. Autor del blog roperoaventuras.com y fundador de la comunidad ecologista Proyecto Ecojugando.

1 Comentario

  1. El lenguaje de nuestra naturaleza es uno solo, color, música, vida, sentimiento, que a limenta nutre y hace feliz, el corazón del artista.

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