Pajarear es lo que más me gusta hacer en la vida, todos los días saco por lo menos una hora para observar los cielos y explorar los lugares en los que me encuentre, sean estos la ciudad, el campo o espacios silvestres; aunque atiendo varios emprendimientos, siempre estoy listo para pajarear y acompañar a los pajareros que puedan necesitar mi colaboración en las cercanías de Valledupar y la Serranía del Perijá.

Este mes nuestro amigo Jesús Andrés Ascanio, gerente de Agro Tour Perijá, me invitó como guía en su visita a las montañas de Manaure y Sabana Rubia; Jesús Andrés es muy reconocido por su labor ambientalista, su liderazgo en el turismo comunitario y por haber detectado la presencia de la cotorrita pintada (Painted Parakeet / Pyrrhura picta caruleiceps) cerca de su lugar de residencia, en la vereda San Isidro, Serranía del Perijá; esta especie goza de especial protección por parte de la comunidad local y se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los guías de la zona, gracias a la visita de pajareros nacionales y extranjeros.

El itinerario para pajarear.

En la vereda El Cinco hay un alojamiento muy apropiado para los pajareros, se trata de Mashiramo Glamping, cuenta con instalaciones sencillas pero bastante cómodas, cabañas de madera atendidas de una manera muy profesional y con una ubicación que facilita mucho el itinerario, pues se logra llegar en menos de dos horas desde el pueblo de Manaure (gracias a los adelantos en las obras de pavimentación) y queda a sólo 10 km del páramo de Sabana Rubia.

Se recomienda llegar al área del chamicero cerca del amanecer, es decir a las 5:25 en solsticio de verano, pues a esa hora el ave suele vocalizar de manera natural; vale la pena decir que en el hotel son muy puntuales en el cumplimiento de los horarios para despachar las comidas, tanto para comer en el alojamiento como para llevar.

El colibrí metalura del Perijá se avista en la misma zona del chamicero, pero un poco más tarde, cuando los rayos del sol activan las plantas y el néctar puede subir a las flores.

Luego de lograr los objetivos en la parte más alta del sendero, se empieza a descender a los siguientes puntos de especial interés como el de la Grallaria saltuensis, el tapaculo y el gorrión montés, claro está, permaneciendo atentos para apreciar todas las sorpresas que la naturaleza nos regala cuando recorremos sus espacios con respeto y curiosidad, tenga en cuenta que todos los pájaros son importantes, pero más importante es nuestra obligación de no dañar o perturbar los espacios naturales.

En este punto debo ser honesto con mis queridos pajareros, compañeros con los que compartimos tantas experiencias en contacto con la naturaleza; en mi caso personal prefiero utilizar muy poco los señuelos acústicos o «playback», pienso que esto perturba a las aves porque son muchos pajareros visitando el área y si todos lo hacemos, tendremos como resultado que una población asentada en el hábitat se sentirá invadida y tendrá que desplazarse a otro lugar, pues el «playback» no se cansa.

A los pajareros que me conocen les consta mi capacidad para identificar las aves en su hábitat y mi cuidado en la preparación del itinerario, pero mi decisión de limitar el uso del «playback» no le gusta a muchas personas, lamentablemente algunas veces consideran que es mi obligación reproducir el sonido hasta que la foto «les salga bonita»; me gusta brindar una asistencia profesional, pero lo advierto, soy un convencido de que hay que jugarle limpio a los pájaros, no voy a satisfacer cualquier capricho.

Todos los pájaros son importantes.

En este punto le extiendo un saludo muy especial a los amigos que me brindaron la oportunidad de guiarles recientemente, Vicky y Adriana, y días despues a Piti y su familia, Juan, Nico y Lina, mi gratitud hacia ustedes, pueden contar conmigo en todo lo que pueda colaborarles.

De manera muy generosa, Adriana nos ha compartido algunas fotos bastante interesantes y otras en verdad sorprendentes:

Nos asombró encontrar un grupo de ¡seis monos araña! incluyendo dos crías, alimentándose y tomando el sol en la copa de un árbol, el mono araña del magdalena (Ateles hybridus hybridus) es quizás el primate más amenazado de América y sus registros en la Serranía del Perijá son en extremo infrecuentes, por lo cual hacemos un llamado a las autoridades ambientales y a la sociedad civil ecologista, para que encontremos acciones apropiadas para la conservación de esta especie tan ESPECIAL.

Mashiramo es ideal para los pajareros.

Mashiramo es el nombre que el pueblo yukpa le da al oso de anteojos, los yukpa son indígenas pertenecientes a la familia lingüística caribe, que hasta hace pocas generaciones eran enteramente nómadas, habitando la zona central y sur de la Serranía del Perijá, a lado y lado de la frontera colombo-venezolana.

El hotel es un emprendimiento familiar iniciado por el profesor Tony Muñoz y su esposa, Tony es ingeniero forestal, docente de la Universidad Popular del Cesar y destacado ambientalista de Valledupar. Su infraestructura cuenta con una cabaña de madera con dos habitaciones grandes, una cocina y un comedor, rodeado de un extenso jardín y buenos miradores hacia el bosque, desde los cuales se puede pajarear a cualquier hora del día.

También cuenta con dos grandes carpas bajo el concepto de «glamping», la casa del administrador y otra cabaña en construcción.

El servicio en Mashiramo es muy profesional y saben a la perfección cómo resolver los requerimientos de los pajareros.

Pues personalmente me siento muy contento de haber contribuido con mis modestas capacidades en estas experiencias de avistamiento de aves, expresando siempre mi gratitud a los pajareros visitantes, especialmente a Agrotour Perijá por contratar los servicios de este servidor, espero visitarlos pronto para conocer la vereda de San Isidro y las experiencias de naturaleza que tienen encantadas a tantas personas de Colombia y el mundo.

JOSE LUIS ROPERO
turismo@roperoaventuras.com