Viernes 4 de junio de 2021, 5:45 p.m. Se entrelazó una lluvia tenue con un sol radiante al ocultarse el día en mi pueblo, Chorreras. Preparaba los aspectos logísticos para el lanzamiento de mi nuevo libro: Humor Chorreriano, El Sentido Humorístico de Mi Pueblo. Evento que se realizaría el cinco de junio, por la noche en la Plaza Principal, con invitación de todo el pueblo.
Ese día, Dios me sorprendió con un arcoíris hermoso, hubo una confabulación del universo, dado a que la carátula del libro es atravesada por un arcoíris, el cual evoco de mi pasado en mi pueblo. Mi pueblo lucía los colores del arcoíris y las fotografías eran increíbles, tanto así, que las compartí y los paisanos dudaban que fueran en Chorreras. Todavía niegan la existencia de Dios por su falta de fe.
Sábado 12 de junio de 2021, 8:30 a.m. Me encontraba disfrutando de un baño de playa en el mar del Distrito Turístico y Cultural de Riohacha. Me sorprendí ese día de la inmensidad de la creación de Dios, arena fresca y limpia, playa despejada de bañistas, sólo contemplaba en el cielo, la revista que realizaban los pelícanos para congraciarse con los bañistas.
El sol apenas despuntaba, el agua estaba fría y la brisa estaba suave.
Caminar descalzo en la playa a la orilla del mar, sentir la sensación de la arena en los pies, dejar que las olas del mar besen la planta de tus pies, dejar que el viento acaricie tu rostro y la sensación del sol oscurezca la palidez de tu piel por el encierro. Son los grandes detalles de la gratuidad de Dios para con nosotros, que muchas veces no disfrutamos por andar entretenidos en no sé qué cosas.
Todo lo que nos da a diario la madre naturaleza, hace parte del paquete gratuito que recibimos desde lo alto sin merecerlo
José Ceferino Nieves.
Dos y treinta de la tarde, percibo el olor de la sal marina confundida con el viento, es la brisa del Nordeste, en la Avenida la Marina de Riohacha. Me encanta disfrutar de los colores y los olores vivos de la madre naturaleza, volví a ver de cerca, los arreboles que se forman en los atardeceres riohacheros, cerca al Centro Cultural, a orillas del mar Caribe.
No es contarlo, es vivirlo y disfrutarlo, el contacto con el polo tierra, el reconcilio con la grandeza y la majestuosidad que Dios nos regala.
Es detenerte, respirar profundo, sentir que el latido de tu corazón se detiene; porque lograste sincronizar los gemidos de tu alma generados por el estrés, con la armonía de la madre tierra.
Es sentir que tu cuerpo y tu alma se llenan de la paz interior, para luego emprender un nuevo vuelo al estilo de las gaviotas. Es caminar en la noche por el muelle y escuchar cómo te arrullan las olas del mar. Es volver a detenerte y sentir la conexión universal, con la energía de la luna, los luceros y las estrellas. Es bueno que te detengas a contemplar y puedas disfrutar de la magia que nos brinda la gratuidad de nuestro Padre Creador, Dios del universo.
El autor es administrador de empresas y escritor oriundo de Codazzi (Cesar), hombre polifacético, experto en emprendimiento y marketing político. Dirige la ONG Fundación Futuro del Campo. Para asesorías y adquirir sus libros puede contactarlo al WhatsApp +573157258790.