Las líneas de Nazca, en Perú, patrimonio cultural de la humanidad, han sufrido serios destrozos por parte de un grupo de activistas de la mundialmente conocida organización Greenpeace, funcionarios de la Fiscalía peruana y la Ministra Nacional de Cultura Diana Álvarez Calderón Gallo anunciaron medidas judiciales para sancionar a los responsables; tras el insuceso, el director ejecutivo internacional de Greenpeace Kumi Niadoo, arribó el jueves por la noche a la ciudad de Lima y expresó «He venido para reunirme con las autoridades para descubrir en qué podemos ayudar respecto a las investigaciones del caso y haremos todo lo necesario para subsanar el problema» al llegar al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
La acción de Greenpeace se produjo la madrugada del lunes en violación de la ley, consistió en desplegar al lado del gigantesco geogiflo en forma de colibrí, hecho por los antiguos peruanos hace más de 2000 años, letras de tela amarilla con el mensaje «Time for change: The future is renewable» (Tiempo de cambio: el futuro es renovable).
El mensaje sólo se puede apreciar desde al cielo, al igual que las más de 500 figuras de animales y geométricas que conforman las llamadas líneas de Nasca, que son uno de los mayores enigmas arquelógicos de Perú y que algunos investigadores consideran un observatorio astronómico y/o calendario.
«No hemos aceptado las disculpas. Ellos no aceptan el daño ocasionado«, dijo el miércoles el viceministro de Cultura, Luis Jaime Castillo, tras recibir a representantes de Greenpeace que asisten a la Conferencia de las partes de la ONU sobre el cambio climático.
JOSE LUIS ROPERO.