Neil Ferguson, experto en estadística del Imperial College de Londres y responsable de la puesta en marcha de la cuarentena general decretada en el Reino Unido, renunció este 6 de mayo a su cargo como asesor del gobierno británico, luego de ser sorprendido violando la cuarentena que el mismo promovió con tanto ahínco en su país. Contraviniendo las restricciones a la movilidad, Ferguson fue sorprendido recibiendo visitas de su amante en su residencia privada, por lo cual ha sido blanco de duras críticas de la prensa y la ciudadanía que lo califican de «irresponsable» e «hipócrita».
A principios de la crisis del coronavirus, Ferguson protagonizó un duro enfrentamiento con el Premier británico Boris Johnson, al defender a ultranza una cuarentena general obligatoria, en contra de la propuesta del Primer Ministro, basada en el concepto de «inmunidad de rebaño» y más flexible en cuanto a la movilidad con el fin de evitar los graves daños a la economía que hoy se conocen.
Neil Ferguson, quien se desempeñó durante 20 años como alto asesor del gobierno británico para el manejo de emergencias sanitarias, es tristemente recordado por haber promovido el sacrificio de más de 6.000.000 de cabezas de ganado en el Reino Unido durante la crisis de la fiebre aftosa del 2001, decisión que terminó tomando el Premier de ese entonces Tony Blair, causando la ruina del sector ganadero en el país.
Neil Ferguson: augur de mil calamidades
Ahora varios medios de comunicación acusan a Ferguson de ser un augur de terribles calamidades basadas en modelos estadísticos y no en la capacidad de la ciencia médica para afrontar las amenazas a la salud pública.
El periódico londinense Daily Telegraph ha titulado que el cierre del Reino Unido es un «resultado del más devastador error de software de todos los tiempos»; otros artículos en el mismo sentido han sido publicados por Breitbart News (EE.UU.) y el periodista francés Thierry Meyssan Resseau Voltaire (Francia).
Lo preocupante es que muchos burócratas neoliberales, de la misma línea de Ferguson, se han apoderado del control de la salud pública en muchos países de Europa y en varios Estados de la Unión Americana. Por lo cual resulta imperante para las ciudadanías nacionales permanecer vigilantes y dispuestos a tomar decisiones que garanticen su bienestar y libertad.
JOSE LUIS ROPERO 