
La Escuela Ambiental casi siempre ha sido vista por la gente como un negocio que debería explotarse comercialmente, cosa a la que siempre me he opuesto; muchas personas que nos visitan siempre preguntan porqué no la cambiamos, proponen que le echemos cemento, que fumiguemos, opinan que hay muchos árboles, que maltratemos las aguas con cloro y sulfatos, que la convirtamos en un club, en fin, que esto o aquello; pero lo que no observan es que la escuela es un monumento a la vida, a la naturaleza.
Este sitio fue un regalo muy especial del universo para los Vallenatos, está concebido como una escuela donde el niño se relaja, juega, compite contra él mismo, un lugar para ver lo real, lo verdadero, lo natural, para aprender de lo simple, investigar, interactuar con la “Pachamama”, vivir la aventura y salir de la mortal rutina; pienso que si el niño hace todo esto, en ambientes naturales va respetar más la madre naturaleza, estoy seguro de que no hay camino más fácil para lograr que el niño respete el ambiente.
La Escuela Ambiental es un lugar ideal para desarrollar la buena convivencia y el encuentro con lo natural, aquí no concebimos una educación ambiental en tableros, ni en “jaulas”; es por esto que siempre me he empeñado en hacer juegos donde el niño y los padres sean los protagonistas, para que interactúen y aprovechen los momentos en los que puedan estar juntos, antes que se vaya alguno de los dos.
He notado que muchos padres son egoístas con ellos mismos, no juegan con los niños, los dejan bañarse solos, a ellos les digo: “aprovéchelo ahora que esta pequeño, cuando crezca será casi imposible, se van son hijos del universo. A algunos estas sugerencias les han servido, al cabo rato se deciden y terminan jugando con sus hijos, en las canchas deportivas, en las piscinas o en el SPA Natural, felices y cumpliendo con el objetivo para el cual fue construida la Escuela Ambiental.
En este planeta han construido siempre los mismos parques, sin ninguna creatividad, el mismo modelo: son parques “fríos”. En la escuela encontramos un sinnúmero de juegos hechos con material reciclado con pocas herramientas a la mano, construidos por los niños con mucha creatividad e ingenio; hoy comprendo que la necesidad es la madre de la invención.
Esta es una escuela viva, con mucha energía positiva, construida por la fuente más poderosa del universo: los “niños”. La escuela siempre está en un constante cambio, pues cambiamos o nos cambian, por eso cuando la visiten sáquenle jugo a lo que hay, del mañana no sabemos, la escuela es para vivir el ahora.
AUTOR: OLMAR FERNANDO QUINTERO SANGUINO – Director Escuela Ambiental del Cesar